No es raro ver hoy en día en televisión, Instagram, y redes sociales en general, contenido que te invita a des-estresarte. Celebridades y gurús espirituales, todos de hablan del peligro del estrés y como combatirlo.

Y que pasaría si el estrés no fuera necesariamente algo negativo. Investigaciones recientes sugieren que nuestra percepción de los sentimientos es tan importante como los sentimientos mismos.

¿A que nos referimos?

Darle una connotación negativa al estrés generalmente amplifica el problema en cuestión. Así mismo, si aprendemos a ver el estrés de manera positiva, podemos usarlo a nuestro favor.

Un ejemplo concreto de esto:

Tienes que tomar un examen muy difícil que puede determinar tu futuro. Si eres como la mayoría de las personas, tu pulso  y tu respiración se acelerarán. ¿Cómo se supone que nos concentremos si nuestro corazón palpita al ritmo de una batucada?

Ahora veámoslo de una perspectiva diferente. La “excitación fisiológica” que estás experimentando, es una respuesta evolutiva que te permite afrontar nuevos desafíos.

La respiración acelerada por ejemplo, ayuda a oxigenar tus pulmones, así como las palpitaciones ayudan a que tu cerebro reciba sangre mas rápidamente. Todo esto mejorará tu desempeño.

Estudios han demostrado que el solo hecho de presentarle estos antecedentes a personas ansiosas, ayudan a cambiar su actitud, dejando de interpretar estas sensaciones como una señal de fracaso inminente.

En resumen, al tener una percepción negativa del estrés y de la ansiedad, creamos una especie de circulo vicioso que nos lleva a pensar de manera mas catastrófica. El resultado; nuestro cuerpo reacciona como si estuviéramos en peligro, en donde se activa el mecanismo de lucha o huida.

Si empezamos a percibir esa sensaciones como algo positivo, podemos romper el ciclo y usar esas sensaciones como fuentes de energía y motivación.